Instituto Educativo Modelo
Literatura de 4.o año
Profesora M. C. Semcoff
Cuadernillo sobre el Poema del
Mio Cid
Texto [1]: El marco histórico español en que se producen los sucesos que
relata el Poema del Mio Cid
|
Siglos
X – XI
El poder público se dividía, en todos los reinos occidentales
europeos, entre un número considerable de familias. Cada una de ellas formaba
un reino al frente del cual se hallaba un rey. Este tenía sólo la autoridad que
le concedían los medios de poder de los territorios directamente sujetos a él y
la supremacía que estos medios le daban sobre los titulares de los grandes
feudos. Por lo tanto, no existía un Estado fuerte y, así, la defensa
territorial quedaba en manos de señores cargados de poder, de los que el rey
dependía para seguir manteniendo el mando.
Los reyes, a su vez, se veían
envueltos en una gran cantidad de luchas familiares uqe provocaban
desmembramiento y pérdida de poder. Paralelamente, los nobles –duques, condes-
aumentaban paulatinamente su poder porque prestaban servicio al Rey para
mantener su territorio respecto de sus propias familias y de los invasores
externos. Estos nobles se conocen como señores
feudales y estaban a cargo de la custodia del territorio, con ejércitos que
respondían a ellos fielmente: huestes o
mesnadas. Sus defensas territoriales eran los castillos de su propiedad.
Relación
entre el Rey la aristocracia guerrera
Vínculo doble: la aristocracia
noble guerrera recibía beneficios del
rey (tierras, armas, huestes, banquetes, matrimonios con mujeres nobles) y a la
vez debían un lazo de vasallaje.
Beneficios:
El que recibía
el feudo se comprometía a reconocer la propiedad eminente de quien se lo
otorgaba. La tierra se entregaba en usufructo (no se podían modificar) y este
podía ser revocado por acuerdo entre las partes o si una de ellas hubiera
violado el contrato. Dentro del feudo, el señor gobernaba con propia y absoluta
jurisdicción. Su deber era defenderlo, administrarlo y gobernarlo. A cabio de
ello, se beneficiaba con sus rentas. Eran, en la práctica, “propiedades
privadas”: el señor feudal administraba justicia, percibían las cargas fiscales
y acuñaba moneda.
Vasallaje:
Comprometía a
quien había recibido el feudo, a mantener fidelidad
jurada a su señor, debiéndole prestar su ayuda y combatiendo a su lado. Relación de dependencia política: se le
debía “servicium” (ayuda militar), “consilium” (obligación de frecuentar la
corte y formar parte de su tribunal) y, a veces, una renta pecuniaria (dinero en efectivo).
La relación feudo-vasallática no era
exclusiva de nobles y altos funcionarios sino de diversas clases: los pequeños
propietarios debieron recurrir a al nobleza feudal para defenderse de
invasiones y violencia cotidiana. La relación e vasallaje monarca-nobles sirvió
de modelo para el resto de la sociedad y dio origen a una estructura que adoptó
la forma de escala o pirámide, en la cual los hombres se hallaban ligados y
subordinados unos a otros.
Contrato
de vasallaje
No se realizaban por escrito sino
por juramento ante testigos. De rodillas ante su señor, el vasallo realizaba el
homenaje o recomendación, colocando sus manos sobre las de él y declarando en
voz alta su voluntad de convertirse en “su hombre”. También realizaba una jura de fidelidad sobre reliquias o cuerpo santo, que quedaba
sellada con un beso.
Investidura:
Es la entrega del feudo por medio de un objeto
simbólico (estandarte o trozo de tierra) o era tocado por el señor con una vara
o cetro.
Organización
social
La sociedad feudal era
profundamente desigual y se dividía en tres grandes estamentos rígidos, según
una obligación específica, y derechos bien definidos:
Bellatores
(o guerreros): Los
que luchaban.
Oratores
(oradores): Los
que rezaban.
Laboratores:
Los que
trabajaban.
La aristocracia podía se laica o religiosa y, también, internamente,
tenía distintos status:
-
Antigua
aristocracia militar y terrateniente, nobleza de sangre de origen real.
-
Caballeros
(militares)
-
Nobleza
de servicio (escuderos):
Todos tenían en común la posesión
de la tierra, que en esa época era la fuente de todo (subsistencia, riqueza,
consideración social y poder). La tierra era entregada, como vimos, por el Rey
a un noble o por un noble a otro de menor jerarquía.
Las clases no privilegiadas: están compuestas por los campesinos libres
y los siervos de la gleba (comprados y
vendidos junto con la tierra). Tienen en común la no posesión de tierras ni de instrumentos legales de defensa contra
abusos.
Particularidades
del modelo feudal en la Península Ibérica
La
Iglesia: aparece
como instrumento indispensable para la administración del Estado. Es la
legitimadora del poder real porque coronó a los reyes.
Durante
la Edad Media, floreció y se consolidó la Iglesia Católica, Apostólica y
Romana. De acuerdo con sus principios doctrinales, el Papa recibe su autoridad
de Dios y ocupa la mayor jerarquía en la organización. Su autoridad central es
poderosa y única.
Situación de la mujer. El marido puede matar a su
esposa adúltera después de perseguirla a latigazos, desnuda, a través del
pueblo, con una sanción mínima. La mujer sierva o esclava no puede casarse
fuera del dominio de su señor y, si lo hace, sus hijos serán repartidos entre
su señor y el de su marido. La mujer no elige, por supuesto, marido, pero
acepta el que ha escogido su padre o su «linaje» por brutal, viejo o, al
contrario, joven y amante que sea. Eternamente menor de edad, la mujer pasa del
«poder» de su padre al de su marido y no puede actuar nunca sin el permiso o la
«licencia» de este varón.
La mujer en la Edad Media era
considerada patrimonio del hombre. Debía acatar todos sus mandatos, ser sumisa
y obediente y, por lo tanto, actuar de acorde a los deseos de su padre o
marido. Un ejemplo claro de este comportamiento exigido a la mujer eran los
matrimonios concertados y la exigencia de la conservación de la virginidad: la
mujer debía permanecer virgen ya que de ese modo se evitaban los bastardos
(hijos fuera del matrimonio), y el hombre siempre debía estar seguro de que la
herencia quedara en sus descendientes de sangre. La razón por la cual la mujer
debía ser virgen no era entonces una cuestión moral, se trataba de una mera
exigencia económica. Por otro lado, la mujer debía casarse con quien sus padres
dictaminasen y debía serle fiel a este
hombre (por las razones ya dichas), mientras que el hombre podía, si quería,
acostarse con otras mujeres.
1)
Explique:
¿cómo se organizaba el poder en la Edad Media? ¿Quiénes eran los sectores
poderosos? ¿Sobre quienes mandaban?
2)
Explique
en qué consiste el lazo de vasallaje entre señor y vasallo. ¿Cómo aparece este
lazo social representado en el Poema del Mio Cid? De ejemplos.
3)
¿Cuál
era la importancia de la Iglesia en la Edad Media? ¿En el Poema del Mio Cid
aparece representada la Iglesia? ¿De qué manera, a qué valores se la asocia?
4)
La
frase “no hay moros en la costa” proviene del contexto de la Reconquista.
Explique por qué.
5)
Señale
tres elementos del Poema del Mio Cid que evidencien el contexto de la
Reconquista en el que fue escrito. Por ejemplo, hable del apodo de Rodrigo Díaz
de Vivar, “Cid”.
6)
Explique
cuál es la situación de la mujer en la Edad Media. En el Poema del Mio Cid hay
tres figuras femeninas, ¿quiénes son? ¿cumplen con las características propias
de la mujer de la época? ¿le parece que son personajes interesantes?
Texto [2]: Ramón Menéndez Pidal, Poesía Juglaresca y juglares; Madrid, Espasa, 1983 (adaptación) |
¿Qué
es un juglar? Su
nombre deriva del latín, jocularis,
que designa a un tipo humano característico de la Edad Media. En líneas
generales, se denomina así a quienes se ganaban la vida actuando ante un
público para divertirlo con música, literatura o representaciones, juegos de
mano, acrobacias, mímica, etc.
No todos los juglares se
dedicaban a todas estas actividades. Los había más cultos, que componían ellos
mismos las obras que ejecutaban; los había “de corte” y más populares. En
general, se reserva el nombre de juglar a aquel que cantaba canciones no
compuestas por él mismo y se denominaba trovador
al que componía por sí mismo las canciones, además de ser autor y ejecutor de
poesía lírica y no narrativa.
En una sociedad como la medieval,
los juglares ejercían sus artes recreativas en todos los momentos de
esparcimientos que la vida exigía, ya fuesen cotidianos o extraordinarios.
En las Cortes y en los castillos
de los nobles e infanzones, los juglares ejecutaban en todos los grandes
banquetes. Había juglares errantes y juglares asalariados, estos últimos,
dependían de una corte. Era indigno de un noble cerrar la puerta de su castillo
a un juglar errante.
La primera mención que se tiene
de juglares épicos data de 1243. Pero no tenemos los nombres propios de
juglares ni anécdotas que sirvan para reponer una biografía. Eran figuras
anónimas.
En los mejores tiempos, en su
época de esplendor, en el siglo XIII, los juglares cantaban especialmente
gestos y hechos de armas, durante la comida de los caballeros. El juglar
tampoco se nombra dentro de las obras porque esto le confiere verosimilitud a
los hechos, ya que se elimina la subjetividad. Se dice, entonces, que las obras
del mester de juglaría son “de carácter juglaresco”, no “de juglar”. El apogeo
de los juglares coincide con el apogeo de los cantares de gesta: entre 1140 y
1236. Esto coincide con el florecimiento del “camino de Santiago”, costumbre
religiosa que estrechó vínculos entre las gestas francesa y española.
Los viajes son la costumbre
juglaresca que más interesa a la historia literaria: estos se trasladaban para
buscar y variar su público, comunicando así la producción poética y musical a
muy diversas regiones. El juglar pobre viajaba a pie; el más rico a caballo.
Iba cargado con su instrumento musical (vihuela) y con su libro, que era el
manuscrito del poema o de las poesías que el juglar cantaba, como el códice del
Poema del Mio Cid. Así, pobremente, iba el juglar, difundiendo las leyendas
heroicas para satisfacer la necesidad de conocer el pasado, sentida por el
pueblo. Iba buscando su auditorio por plazas y mercados, en las primeras
ciudades medievales o por los palacios.
La poesía Épica Medieval
Desde épocas remotas, los pueblos se han aplicado a
cantar las hazañas de sus guerreros más destacados o de los dioses que les eran
más propicios, utilizando para ello los poemas épicos, que en la Edad Media se
denominaron “Cantares de Gesta”. La
épica se convierte así en el género literario dedicado a cantar en verso la
actividad de unos seres superiores, y cuya única meta es recuperar el honor con
las más nobles acciones y mediante arriesgadas empresas.
Las características de este tipo de poesía son:
1) Es una poesía centrada en la figura del héroe, a través del cual se exaltan las virtudes apreciadas por una comunidad
(fuerza, valentía, voluntad, etc.). El héroe épico otorga dignidad al género
humano, porque muestra lo que es capaz de lograr el hombre, ensancha los
límites de su experiencia, encarna el afán de superar la fragilidad humana para
alcanzar una vida más plena. El héroe épico no posee poderes sobrenaturales, si
no las capacidades de cualquier mortal pero en grado superlativo.
2) Es POESÍA de acción: porque el héroe manifiesta sus virtudes en la acción. Busca el honor a
través del riesgo.
3) Su narración es objetiva y de carácter realista: es decir que solo contiene hechos reales. Las acciones no ocurren en
lugares fantásticos como ambientes submarinos o en el aire, si no que ocurren
en lugares cotidianos como castillos, bosques, aldeas, etc.
4) Posee linealidad y unidad de acción: el argumento relata las hazañas del héroe en forma continua.
5) Posee
variantes o subgéneros,
como: epopeya, cantar de gesta, poema épico culto, romance, cuento tradicional, mito, leyenda, relato, novela
1)
Explique
la diferencia entre juglar y trovador. ¿En qué lugar actuaban los juglares?
2)
El
profesor Funes suele comparar el espectáculo juglaresco con un recital de Patricio Rey y Los Redonditos de Ricota.
Explique con sus palabras cuál cree que era el papel del juglar en la Edad
Media y compárelo con alguna figura de la actualidad.
3)
Explique
cinco características de la épica. ¿Por qué el Poema del Mio Cid es un texto
épico? Ejemplifique cada una de esas cinco características.
Texto [3]: Funes, Leonardo. “Introducción” en Poema del Mio Cid, Colihue. (Adaptación) |
El cantar de gesta es un tipo de
poesía centrada en la figura de un héroe, a través del cual se exaltan las
virtudes más apreciadas por una comunidad (fuerza, valentía, voluntad, ingenio,
astucia). El héroe da dignidad al
género humano porque muestra de lo que es capaz, ensancha los límites de la
experiencia, encarna el afán de superación de los hombres, el intento de
trascender la fragilidad humana en busca de una vida más plena.
En segundo lugar, se trata de una
poesía de acción, porque el héroe manifiesta sus virtudes no a través de la
sola descripción elogiosa en boca del poeta, sino fundamentalmente, mediante el
relato de sus actos. De allí resulta una poesía esencialmente narrativa, que
crea un mundo imaginario en el que los hombres actúan según principios
fácilmente comprensibles y gana interés y admiración por su héroe mostrando lo
que este hace: buscar el honor a través del riesgo.
En cuanto a la naturaleza de la
narración, esta tiende a ser objetiva y de carácter realista. Con esto quiero
decir que no hay aquí introspección psicológica de los personajes y sus
acciones no transcurren en ámbitos fantásticos (un mundo submarino o un reino
aéreo) sino en ambientes cotidianos para el público: castillos, bosques,
caminos, monasterios, poblaciones, etc.
También la narración se ciñe a un
desarrollo lineal y a un principio de unidad de acción, es decir que el
argumento nos relata las hazañas del héroe en forma progresiva, sin saltos
temporales y sin distraerse en digresiones ni abordar argumentos secundarios
demasiado desarrollados.
En el aspecto formal del
discurso, su unidad de composición es el verso y no la estrofa; la
versificación se organiza en tiradas de versos de extensión muy variada. Ello
respondería a la génesis oral de este tipo de poesía, una cuestión espinosa que
debatiré más adelante y que resulta muy difícil de aplicar al texto conservado
de nuestro poema.
Por último, esta poesía narrativa
remite a una edad heroica, es decir que los hechos que narra se ubican en un
tiempo pasado en el que esa comunidad habría alcanzado su máxima gloria; ese
tiempo heroico proyecta un modelo que los hombres de cada comunidad intentan
alcanzar y es motivo de orgullo y de afirmación de un identidad cultural.
El Poema del Mio Cid (título que preferiré de aquí en más) es el mayor
exponente de la poesía épica medieval española y uno de los poemas de mayor
calidad artística de todo el género épico medieval europeo; responde, por ello,
a estos rasgos generales d ella poesía heroica, pero al mismo tiempo los supera
y los configura con tal maestría que el resultado último es una obra literaria
excepcional. Está basado libremente en la parte final de la vida de un
personaje histórico, Ruy Díaz de Vivar, el Cid Campeador, que vivió entre los
años 1043 y 1099. Fue un guerrero notable, un caudillo poderoso (…) Desde su
primer destierro fue una suerte de condottiero,
que peleó al servicio del rey moro de Zaragoza y, finalmente, con un ejército
propio conquistó la ciudad y reino de Valencia y estableció una especie de
protectorado en esa región, con lo que alcanzó el poder d en rey. En sus
últimos años, la eficacia de sus incursiones guerreras fue un elemento
primordial en la contención de la invasión almorávide de finales del siglo XI.
Es probable que aún en vida del
Cid ya hayan circulado leyendas sobre sus hazañas guerreas y hasta es probable
que las haya alentado (…) desde los últimos años del siglo XI hasta finales del
siglo XII se dio un proceso mediante el cual un personaje histórico, un
individuo concreto, se transformó en figura heroica, en personaje modélico.
(…)
Realismo
(verismo histórico) y ficción: El poeta que compuso en romance
este cantar no relata con fidelidad de cronista la gran empresa política y
militar del Cid, sino que selecciona algunos hechos de su vida (primeros éxitos
guerreros, el enfrentamiento con el conde de Barcelona, las victorias sobre los
almorávides), condensa parte de ellos (el destierro, la conquista de
Valencia) e inventa otros (el
casamientos de sus hijas, la afrenta de los infantes de Carrión, el juicio y
los duelo resultantes) de acuerdo con los patrones épicos comunes a todas las
obras del género. En cuanto a la carnadura narrativa (los detalles
argumentales), nos encontramos con la misma mezcla de elementos: por un lado,
se comprueba una inusitada fidelidad histórica –que llevó a Menéndez Pidal a
calificar el poema de verista- en
ciertos pormenores y personajes secundarios y una notable exactitud geográfica
en los itinerarios que siguen los personajes (hasta lugares que durante mucho
tiempo se tuvieron por ficticios, como Alcocer, han sido finalmente localizados
en el terreno); por otro lado, se detectan inexactitudes importantes, tales
como que el abad del monasterio de San Pedro de Cardeña aparece con el nombre
de Sancho, cuando en aquel tiempo lo era un personaje de mucho renombre en la
región, San Sisebuto (1056-1086); Alvar Fañes aparece en el poema como
compañero inseparable del Cid, cuando en realidad no lo acompañó al destierro y
su carrera política y guerrera se desarrolló en la corte de Alfonso VI; los
infantes de Carrión, villanos de la historia que terminan condenados, fueron
personajes históricos de prestigio en la corte castellana que jamás sufrieron
castigos deshonrosos ni cometieron los crímenes que en el poema se les imputan. (…)
La
división en cantares: Aunque en el plano de su
enunciación poética la obra se divide en tres cantares, en rigor su estructura
argumental es bipartita: se nos narra un doble
proceso de pérdida y recuperación d ella honra. La primera línea argumental
comienza con el destierro del héroe, injustamente castigado por el rey Alfonso,
que ha prestado oídos a falsas acusaciones de los cortesanos enemigos del Cid
(la pérdida del primer folio del único manuscritos conservado del poema impide
saber cuáles fueron esas acusaciones). Una vez en tierra de moros, logra una
serie de victorias que van acrecentando sus riquezas y que van allegando más
guerreros que quieren compartir la gloria del Cid, hasta que alcanza su mayor
triunfo con la conquista de Valencia. Luego de enviar tres embajadas con
regalos al rey Alfonso, consigue reunirse con su familia en Valencia y por
último obtiene la reconciliación con su rey a orillas del río Tajo. Como se ve,
el tema central de esta línea narrativa es la relación entre el señor y el vasallo: el Cid demuestra ser un buen
vasallo y finalmente el rey se convierte en un buen señor.
La segunda línea argumental
comienza allí mismo con la concertación de las bodas de las hijas del héroe con
los infantes de Carrión, hijos del Conde de Carrión y, por lo tanto, miembros d ella alta nobleza enemiga del
Cid, que como infanzón, pertenece a la baja nobleza rural. Los infantes de
Carrión se revelan como cobardes tanto en el palacio del Cid (episodio del
león) como en la batalla y ante tal deshonra planean vengarse golpeando y
torturando a sus esposas. El Cid reclama justicia al rey, que convoca a un
juicio en Toledo. El juicio termina con unos duelos donde los infantes quedan
vencidos y deshonrados, al tiempo que las hijas del Cid logran mejores
casamientos con los príncipes de Navarra y de Aragón. El tema central aquí es
el enfrentamiento entre la alta nobleza
y la baja nobleza en el marco de las relaciones domésticas de la familia del
héroe.
Modo
de composición y autoría del poema: Considero que en el caso concreto del poema
conservado estamos ante un fenómeno de puesta
por escrito de un texto oral previo y no frente a un caso de redacción
escrita absolutamente original. La operación e puesta por escrito supone un
cruce y una suerte de condensación de oral y de lo escrito, es decir, de las
tradiciones y prácticas discursivas orales
y escritas, y también de los correspondientes horizontes culturales e
ideológicos. En consecuencia, esta operación no puede entenderse como un simple
pasaje de lo oral a lo escrito a través de un canal neutro (que sería la
escritura) de un texto ya completo en todos sus detalles desde los inicios de
su difusión oral: la puesta por escrito supone una específica puesta en obra
artística. Insisto con el adjetivo “específica” porque no se trata de pensar
que la escritura está aportando entidad artística a una materia legendaria oral
que no la tiene; lo que la escritura aporta es una dimensión diferente del arte
verbal que potencia y transforma los valores artísticos de un cantar.
Sobre la autoría del poema: lo
más probable es que se trate de un autor que esté en el medio entre el juglar
analfabeto y un clérigo erudito. En el fenómeno de la puesta por escrito del
poema del Mio Cid pudieron intervenir dos personas (un juglar y un clérigo) o
una (sea un juglar letrado o un clérigo ajuglarado). Pero es importante aclarar
qué entiendo exactamente por cada una de estas posibilidades: la actuación de
dos personas no debe pensarse como referente al caso del “texto oral dictado”
(un juglar dictando a un clérigo el cantar de gesta) sino como la colaboración
de dos saberes, de dos competencias, en la recreación de un texto oral en la
escritura. Por juglar letrado entiendo un individuo entrenado en las técnicas
de la composición y de la actuación juglaresca que en determinado momento
accede al dominio de la escritura o a un ámbito más o menos amplio de cultura
letrada a partir del cual emprende una reelaboración mediante la escritura del
cantar memorizado. Por último, el clérigo ajuglarado podría ser un individuo
que ha recibido una educación formal completa, al que en un determinado momento
su gusto por la cultura popular o lleva a entrenarse en las formas orales y
juglarescas de componer y actuar (o a conocer e imitar la lógica interna de ese
tipo de arte verbal). Lo importante
es entender hasta qué punto el poema conservado es el fruto del cruce de la
escritura y la oralidad.
El juglar y la edad heroica: El juglar es el portavoz de la
comunidad y el depositario de los relatos que conformaban el patrimonio cultural
y la identidad comunitaria. Su práctica tenía, además de la función recreativa,
una función conmemorativa y celebratoria de esa identidad, y en ello residía su
autoridad ideológica como institución cultural. Simultáneamente, cumplía una
función historiográfica: explicaba los hechos históricos al pueblo. Según
Bowra, para que exista poesía épica es
necesario que exista una edad heroica a la cual remitirse. En el caso del
PMC esta edad heroica será la del surgimiento de Castilla, primero como condado
y luego como reino, los que proporcionarán una edad heroica al pueblo
castellano, una época capaz de incitar al pueblo a admirar y alabar las hazañas
y glorias de los antepasados. Los valores que aparecen celebrados en los
cantares (la rebeldía y el triunfo de los guerreros, la traición de los
cobardes y la venganza del buen guerrero) alimentaban el imaginario de una
comunidad en busca de la autodeterminación y la afirmación de su identidad.
La
estructura narrativa del poema La
historia narrada posee una estructura bipartita, consistente en un doble
proceso de pérdida y recuperación del honor que puede verse como intensificación o como variación. Hay que distinguir tres
sentidos del honor, todos copresentes en la palabra latina honor-honoris: 1) el honor
propiamente dicho, que refiere al ámbito público y está ligado al prestigio
social de la persona; 2) el patrimonio
material de la persona, que en castellano antiguo suele llamarse las onores o la onor, y 3) el honor
privado, que atañe a la dimensión moral personal, que suele llamarse la honra. El poeta tiene muy en claro
qué dimensión del honor está tratando en cada episodio. Por lo tanto, en este
caso tendríamos que en la primera parte de la historia están involucrados el honor y las onores del héroe, mientras que en la segunda se trata de
recuperar la honra. El esquema
argumental puede ilustrarse con el siguiente gráfico
Perdón
Reparación final
Destierro
Afrenta
|
Es interesante notar dos cosas:
en primer lugar, cada uno de los puntos críticos resulta de intenciones que fracasan y provocan el
resultado contrario al buscado. Así, mediante el destierro, el rey pretende
castigar al Cid y, por ende, someterlo a un condición muy desfavorable; sin
embargo, la condición de desterrado otorga al héroe una libertad –que no habría
tenido ene l ámbito de la corte regia- que le permitirá emprender por su cuenta
una empresa guerrera tan ambiciosa como para elevarlo al estatus de señor de
Valencia, con lo cual el rey termina favoreciendo al héroe con su decisión. Por
el contrario, una vez producida la reconciliación, el rey intenta favorecer al
Campeador mediante las bodas de sus hijas con los infantes de Carrión (lo que
implica el ascenso social de su descendencia), pero el resultado es la deshonra
que golpea al héroe con la afrenta de sus hijas en Corpes. Por último, los
infantes de Carrión a través de la afrenta buscan vengarse del Cid quitándole
su honra e infamando a sus hijas, pero su acción permitirá que las hijas
recuperen su capacidad matrimonial y logren casamientos mucho más honrosos con
los herederos de Navarra y Aragón, con lo cual el repudio y abandono deshonroso
terminan beneficiando al héroe y a su descendencia. De este modo, “la ironía
llega a ser un principio estructural del Cantar”.
Dentro del diseño general del
poema, vemos reproducirse patrones estructurales binarios (personajes dobles:
Rachel y Vidas, los infantes de Carrión, doña Elvira y doña Sol; geminaciones
estilísticas: serie gemelas y encadenadas) y patrones ternarios (prevalencia
del 3 y sus múltiplos; predominio de la Ley del Tres propia del relato
folklórico, en varios episodios, como las tres embajadas al rey Alfonso o los
tres duelos finales).
Configuración
del héroe en el poema
Uno de los dos elementos
principales que distinguen al Poema dentro de la tradición de la épica medieval
es la caracterización del héroe (el
otro es el modo en que se resuelve el conflicto y se llega al desenlace). El
Cid no encaja en ninguno de los modelos habituales: no es un héroe que lleva a cabo hazañas imposibles, no es un vasallo inútilmente
rebelde, no es una víctima vencida por enemigos, ni un venerable monarca. Por supuesto que encontramos en
él las virtudes heroicas esperables: valentía, fuerza, voluntad guerrera,
liderazgo, estatura claramente superior a los demás personajes. Pero el héroe
no por eso deja de ser humano: por ejemplo, duda apenas sale de Burgos (es el
ángel el que le da ánimos).
También, en el caso del Cid, se
construye su figura heroica en relación con el rey y con su familia y su clan.
Mediante la relación con su rey se pone de relieve la celebración del vínculo feudal, una de las líneas ideológicas
básicas del Poema: sobresale aquí la fidelidad vasallática y la lealtad
inconmovible del héroe, pese a tener todas las razones para llevar adelante otro
comportamiento que, en principio, no hubiera alterado su condición heroica ni
hubiera resultado chocante para el público medieval. Mediante la relación con
su familia, la figura heroica se completa con una dimensión doméstica y una afectividad
rara y excepcional si se lo compara con los parámetros épicos medievales (el
Cid siempre demuestra su afecto por sus hijas, esto no era muy común en la
literatura de la época).
El rasgo más característico del
Cid es su mesura, es decir, la
prudencia y el buen sentido con que enfrenta las injusticias y los momentos
desgraciados, sin perder su fe en Dios ni su lealtad al rey y con que lleva
adelante sus empresas heroicas. Brilla en este caso una de sus cualidades más
notables: la superididad intelectual de Cid, que se pone de manifiesto cuando
logra superar a sus adversarios en su propio terreno: así, logra estafar a los prestamistas judíos según
las reglas de su propio negocio, vence a los moros en Castejón y Alcocer
aprovechando tácticas usuales en el modo de hacer la guerra de los andalusíes,
derrota a sus adversarios aristócratas en el ámbito jurídico-cortesano, donde
se supone que los magnates deberían tener más peso e importancia.
Por último, es de subrayar la
importancia de su figura como héroe
donador que permite entender no solo cuestiones materiales de la historia
narrada (la importancia de la riqueza y del dinero), sino aspectos ideológicos
y culturales más amplios. La conducta donadora del héroe es aún más importante
que su actividad conquistadora de bienes
y botín, y en el último cantar se con vierte en su función casi exclusiva.
Es especialmente notable su análisis de los episodios finales del Poema, donde
ve cómo el conflicto triple planteado en la segunda línea argumental se
resuelve con una “lógica simbólica e ideológica aplastante”: en las cortes de
Toledo el héroe recupera y vuelve a distribuir dones culturales (recupera las
espadas y se las da a Pedro Bermúdez y Martín Antolínez), económicos (monedas
que vuelve a donar al rey y demás asistentes del juicio) y familiares (las hijas,
que ahora pasan a los infantes de Navarra y Aragón). Todo esto suma honor, fama
y reconocimiento al héroe. Por último, el Cid, a diferencia de otros héroes, no
sufre una transformación que le permita aprender y madurar. No se da esa
evolución en su caso. El Cid no es
cambiado por el mundo; es el Cid el que logra modificar el mundo.
Un
poema de frontera: Cualquier
lector se puede preguntar: ¿qué clase de heroicidad es la que aparece en el
poema? O se preguntará hasta qué punto puede considerarse heroico el
comportamiento del Cid con los prestamistas judíos, los cálculos sobre qué
destino dar a los habitantes de la conquistada Alcocer, el modo de reparar la
deshonra que implica la afrenta de Corpes, la importancia dada al dinero, al
alimento y a los gastos. Nadie imagina a Agamenón sacando cuenta si armando el
plan para financiar la guerra de Troya o a Carlomagno haciendo registrar a sus
contadores las ganancias logradas en la conquista de España.
Lo
que encontramos en el Poema es un
tipo de heroicidad de nuevo cuño, anclado ideológicamente en el tiempo
histórico de su enunciación (segunda
mitad siglo XII, primeros años siglo XIII), que remite al espíritu pionero que
vive en la frontera. La frontera es una sociedad en armas, en la que todo el
tiempo se saquea y se ataca. Los pobladores viven para la guerra y por la
guerra. No se buscan tierras sino las riquezas
de los moros, el botín que luego será repartido.
Un
héroe religioso: el
sueño con el arcángel, las oraciones y los actos piadosos construyen a un héroe
que es un buen cristiano. Esto se relacionado con la dimensión religiosa propia
de toda expresión cultural medieval. Según el imaginario medieval, Dios ayuda a
quien se esfuerza, es la inspiración de las acciones y agrega trascendencia a
la lucha guerrera.
Infanzones
y ricos hombres: En
el poema se presenta una línea ideológica que enfrente a la baja nobleza
(infanzones) con la alta nobleza (ricos hombres). Hay un conflicto entre una
concepción jerarquizada de las relaciones sociales, que beneficia a la
aristocracia, y una concepción menos jerarquizada, que habilita la movilidad
social (esta es la posición del Cid, y es la que el poema defiende). Además,
hay una distinción entre modos legítimos e ilegítimos de lograr riqueza y
prestigio social: se desprecia al noble que basa su valor en el puro linaje y
los dominios territoriales. Estos nobles aparecen ridiculizados: por ejemplo,
en el episodio del león o en los duelos de las Cortes de Toledo.
El
vínculo vasallático: En
el texto nos encontramos con una verdadera celebración del vínculo feudal a
partir de la figura del buen vasallo. La fidelidad vasallática es exaltada no solo
en la asombrosa lealtad del Cid a un rey
injusto, sino, fundamentalmente, en el comportamiento de los guerreros del
Cid con su señor. Cada vez que el Cid da una orden, el poeta se encarga de
subrayar cuán obedientes son sus vasallos. La crítica a la figura regia en la
primera parte del poema tiene que ver con el momento de mal desempeño de su
función como árbitro entre grupos sociales, ya que no logra garantizar la paz
ni aplicar la justicia porque solo presta oídos a los ricos hombres que hablan
mal del infanzón (Cid). Sin embargo, el poema no se anima a culpar al rey, sino
que culpa a los “malos mesturaros”, es decir, los nobles que le mienten. En el
poema se evidencia el conflicto entre los sectores nobiliarios.
Guía de preguntas sobre FUNES |
En
base a la lectura que hizo de los textos responda las siguientes preguntas sin copiar. Debe redactar con
sus propias palabras.
1)
Caracterice
a los cantares de gesta como poesía épica (qué es un cantar de gesta, qué
rasgos tiene la poesía épica, etc.).
2)
Busque
una biografía de Ruy Díaz de Vivar y compare con el breve esbozo biográfico
desarrollado por Funes. ¿Qué elementos destaca Funes de toda la vida del Cid?
3)
¿Por
qué Funes plantea que el héroe dignifica al género humano?
4)
¿Por
qué el Poema es resultado de
prácticas discursivas orales y escritas?
5)
¿Qué
se puede decir en relación con la fidelidad histórica del poema?
6)
Explique
por qué la disposición argumental es bipartita.
7)
¿Qué
acepciones de “honor” aparecen en el Poema?
De ejemplos de estas acepciones en escenas del texto.
8)
¿En
qué fechas se pudo haber compuesto el poema? ¿Cómo se compuso, según Funes?
9)
¿Qué
edad heroica aparece representada en el Poema?
10) Definir y describir el modelo de
héroe encarnado por el Cid (hable de su mesura, su religiosidad, de su carácter
de “donador”). Ejemplifique cada rasgo con una escena del Poema (mínimo, tres
rasgos).
11) Relacionar el concepto de héroe
con el contexto histórico en que se mueve el personaje.
12) ¿Qué diferencias existen entre el
Cid y otros héroes épicos? (Aquiles, Hércules, Odiseo, el rey Arturo).
13) ¿Cómo aparece representada la
religiosidad en el Poema?
14) ¿Qué es un infanzón y un rico
hombre? Destaque su importancia en el Poema.
15) ¿Por qué se afirma que el texto
celebra un vínculo feudal y destaca la función del vasallo?
16) ¿Cómo aparecen representados
todos los estamentos en el Poema?
17) ¿Quiénes eran los juglares? ¿Qué
actividades llevaban a cabo? ¿Eran dueños de las obras que recitaban? ¿Ante qué
sectores sociales desarrollaban s espectáculo? ¿Los juglares viajaban o se
quedaban en un único lugar? ¿Eso podría haber provocado algún cambio en sus
obras? Explique porque al leer el Poema del Mio Cid estudiamos la figura del
juglar.
18) ¿Cómo aparece configurada (es
decir, con qué rasgos, en qué personajes y en qué escenas) la traición? ¿Quiénes traicionan, y a quiénes?
GUÍA DE PREGUNTAS SOBRE EL POEMA DEL MIO CID |
En
grupos de a cuatro integrantes, responda las siguientes preguntas.
|
- Rodrigo
es desterrado por el Rey y aún así se considera su vasallo, le envía las
partes que le corresponden de cada botín y le promete obediencia. ¿Qué
opinás de su actitud? ¿Creés que tuvo razón en comportarse así?
- Rodrigo
accede al casamiento de sus hijas con los infantes aunque no está del todo
convencido. ¿Qué opinás de esto? ¿Por qué habrá accedido de todas formas?
- Cuando
los infantes de Carrión, Diego y Fernando, castigan a sus hijas, Rodrigo
acude al Rey en lugar de vengarse él mismo. ¿Crees que es una buena
decisión?
- Una
revolución es una forma particular de movimiento social, mediante la cual algunos sectores
subalternos intentan destruir
los aspectos centrales del orden vigente, al que consideran injusto, y construir
uno nuevo. En términos generales, las revoluciones
poseen determinadas características que las distinguen de otras acciones
colectivas, como las revueltas o las rebeliones. En una revolución: 1)
debe participar gran parte de la población; 2) debe haber violencia contra
el orden dado; 3) debe haber crisis en el sistema de dominación y 4) debe
construirse un nuevo orden.
¿El Poema del Mio
Cid desarrolla una revolución? Explique su opinión y justifique por qué (debe
hablar de los cuatro puntos mencionados arriba).
- Al
comienzo de la aventura, Rodrigo y Martín Antolínez engañan a Raquel y
Vidas entregándoles costales de arena a cambio del préstamo. ¿Qué piensas
de esta acción? ¿Fue un buen o un mal comportamiento? ¿Por qué?
- ¿Qué
hubiera ocurrido si Rodrigo se hubiera enterado de la cobardía de los
infantes de Carrión en combate? Escribí un diálogo entre ellos.
- Escriba
una discusión entre el Cid y Jimena en la que ella le reprocha haber
casado a sus hijas con dos nobles traicioneros.
- Imaginá
que sos un soldado en el ejército moro y luchás contra el Cid. ¿Cómo
verías al Cid? ¿Seguiría siendo un héroe?
TRABAJO PRÁCTICO INDIVIDUAL: HÉROES |
[1]
Héroes de antes y de ahora
En el Poema nos encontramos con el héroe medieval, con todos los rasgos
que esta comunidad exige. Sabemos que un héroe es un individuo excepcional, que
lleva a cabo hazañas sumamente difíciles que benefician al resto de la
población. A lo largo de historia los héroes adquieren los rasgos propios del
sistema de valores de la comunidad. Entonces, ¿por qué decimos que San Martín
fue un héroe? ¿Qué comunidad le asignó ese papel? ¿Qué valores tenía? y ¿por
qué decimos que el Che Guevara fue un héroe? ¿Qué valores podemos asignarle a
este personaje histórico? ¿Y los súper héroes como Batman?
Actividad: Escriba un breve ensayo de una carilla (mínimo) que se
titule: "Héroes de antes y de
ahora". En el ensayo debe:
(1) Explicar qué entiende usted por "héroe" (como categoría)
(2) Analice tres diferentes construcciones de héroe que uno puede
encontrar en la historia (Hércules, Aquiles, Jesús, Abraham, San Martín, el Che
Guevara son algunos ejemplos); es decir, revise qué aspecto físico tienen, que
valores ético rigen su comportamiento, a quién defienden, contra quien luchan,
quiénes son sus ayudantes, en qué espacio físico luchan, cómo mueren.
(3) Por último, defina al héroe del siglo XXI, ¿quién es un héroe para
usted? Yo creo que un héroe puede ser Julián Assange, que se jugó la
vida publicando información de la CIA, o si no, Aaron Swartz, que por piratear
libros y textos de una página privada fue condenado a 35 años de prisión, razón
por la cual debió suicidarse en el 2013. Estos son, a mi entender, héroes
modernos. Ahora, quiero que usted defina a su entender al héroe moderno,
encuentre uno en la historia, defínalo, explique por qué es un héroe, qué
valores de la comunidad ve reflejados en él.
Aquí un ejemplo: "Considero que un héroe moderno puede ser el
informático, el programador que transgrede normas y leyes y comparte
información. Aaron Swartz fue un joven que se animó a "robar" textos
de una página que cobra para leerlos y que estaba a punto de publicarlos y
viralizarlos, cuando lo descubrieron y, tras un juicio, lo condenaron a 35 años
de prisión. Aaron Swartz fue encontrado muerto en su casa en 2013. Creo, personalmente, que se trata de un
héroe porque tiene los valores relacionados con la inteligencia (desarrolló un
dispositivo informático para bajar textos), la valentía para enfrentarse alas
grandes corporaciones, y la integridad ética (él era sumamente inteligente,
podría haberse dedicado a trabajar par aun empresa y ser millonario, sin
embargo prefirió compartir su conocimiento con el resto de la humanidad).
[2] Las
heroínas
Una vez que hayamos debatido sobre los héroes, pensemos en la figura femenina.,
En el PMC los enemigos del Cid son feminizados. Siempre el personaje
"negativo" (el moro, el judío), es cobarde y débil (rasgos asociados
a las mujeres). Entonces, ¿qué rasgos tienen las mujeres para esta sociedad?
Jimena y sus hijas son "modelos" a seguir, ¿cómo debía ser la mujer
medieval? ¿Qué opina de esta figura femenina? Piense en las mujeres en la televisión
hoy (programas o publicidad): ¿cambió el rol de la mujer? ¿En qué aspectos? Hoy
en día, ¿la sociedad tiene sus heroínas?
Escriba un ensayo que se titule: "Heroínas antiguas y heroínas
modernas". Desarrolle su posición: ¿cree que la sociedad tiene sus heroínas?
¿Por qué sí, o por qué no? ¿Está de acuerdo con que los personajes negativos
tengan rasgos "femeninos"? ¿Quién es una heroína moderna hoy en día?
Encuentre una mujer que considere una heroína, describa sus valores, sus
hazañas y justifique por qué cree que es una heroína.
[2] La épica y la televisión
imponen modelos de comportamiento. La épica tenía la función de
"promover" modelos de hombres y mujeres. Los hombres debían ser
buenos vasallos, respetar al rey por sobre todo y a sus señores. Las mujeres,
obedientes, calladas y sumisas. Hoy en día, ¿qué discursos cumplen la función
de proponer modelos a seguir? Piense en la tele, la publicidad, los diarios,
internet.
Escriba un comentario en el que desarrolle los siguientes puntos:
a) Cómo debe ser la mujer, el hombre y la familia según el Poema del Mio
Cid. Explique el objetivo de la poesía épica en relación con la construcción de
subjetividades.
b) En la modernidad, las subjetividades femeninas, masculinas y
familiares se construyen ya no desde la épica sino desde otros discursos (los
medios masivos de comunicación: tele, internet, publicidad, radio, cine,
música, etc.). Explique cómo deben ser las mujeres y hombres según estos
discursos.
c) Ahora, de su opinión, qué reflexiones le produce pensar que hay
modelos a seguir. ¿Considera que esto debe aceptarse o que uno debe
enfrentarse? ¿Es posible luchar contra esto? ¿Es necesario? ¿Usted coincide con
lo que la publicidad exige de usted?
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